El rey Carlos III dejó este martes su residencia de Clarence House, en Londres, para trasladarse al cercano Palacio de Buckingham.
Desde Buckingham, el rey se desplazó en un helicóptero, que había llegado una hora antes al palacio, hacia su residencia campestre de Sandrigham, en Norfolk (este de Inglaterra), un día después de comenzar su tratamiento contra un cáncer no especificado.
Tras su partida de Buckingham junto a la reina Camila, el estandarte real, que luce en el palacio cuando el monarca se halla en su interior, fue arriado y en su lugar se izó la bandera del Reino Unido, la Union Jack, que ondea en ausencia del soberano.
De esta forma, Carlos III regresa a Sandringham, donde se encontraba reposando hasta que ayer, lunes, se desplazó a Londres para comenzar el tratamiento contra su cáncer.
Antes de abandonar la capital británica, el rey recibió en una “breve reunión”, según los medios británicos, a su hijo menor, Enrique, duque de Sussex, que se ha distanciado de la familia real en los últimos años.
El príncipe hizo un viaje de once horas a bordo de un vuelo de British Airways desde su hogar en Montecito (California, EE.UU.), sin la compañía de su mujer, Meghan, ni de sus hijos, Archie y Lilibeth.
Enrique fue captado por las cámaras cuando hacía entrada en Clarence House, a primera hora de la tarde, en un convoy de todoterrenos y escoltado por vehículos de policía.