REYES MIGRANTES

En el Día de los Reyes Magos, niñas y niños migrantes también recibieron regalos y comieron la tradicional rosca. En el campamento a orillas de las vías del tren, en la colonia Vallejo, así como afuera y dentro del albergue Cafemin, los menores y sus familias, originarias en su mayoría de Venezuela, Honduras y Ecuador, aceptaron felices las donaciones de ropa, juguetes y dulces proporcionados por organizaciones y personas en lo particular.

Karlita, niña hondureña de apenas cinco años de edad, recibió por primera vez un regalo de los Reyes: una pelota y una bolsa de dulces. Brenda, su madre, señaló que en la comunidad Guapinol, de donde son originarias, no se tiene esta tradición. No se celebra porque no hay mucho desarrollo, dijo.

En entrevista, afuera del albergue Cafemin, mencionó que tanto Karlita como su otro hijo de ocho años han sufrido un poco en estos días por el frío, porque no estamos acostumbrados, venimos de un lugar cálido; sin embargo, hoy estuvieron alegres por los juguetes y dulces que recibieron.

Uno se siente agradecido porque Dios siempre pone ángeles para que le ayuden, andar fuera del país es muy difícil, expresó, al tiempo que compartió que su familia formaba parte de la caravana éxodo de la pobreza, que salió de Tapachula, Chiapas, el 24 de diciembre pasado.