El síndrome de Müller-Weiss, una enfermedad que incapacita cada vez más al campeón español Rafa Nadal, que el domingo jugará su 14ª final en Roland Garros, es una patología rara que afecta a un hueso del pie, y que puede causar dolores crónicos.
El mallorquín sufre desde sus 18 años una osteocondritis del escafoides, también conocida como síndrome de Müller-Weiss. Una enfermedad degenerativa “crónica e incurable”, indicó el propio Nadal a principio de mayo.
Este síndrome afecta a uno de los huesos situados en la parte media del pie, entre el astrágalo y los huesos cuineiformes.
Este hueso está sometido a tensiones importantes, y, por razones que desconocemos, pierde su vascularización y se necrosa”, explica Denis Mainard, presidente de la Asociación francesa de cirugía del pie y jefe del servicio de cirugía ortopédica del hospital de Nancy.
En los casos más graves y “entre personas que exigen mucho a sus pies, el hueso se va a desintegrar, aplastar, puede fragmentarse, y al final puede evolucionar a una artrosis con una reducción del arco plantar”, precisa.
El síndrome de Müller-Weiss puede afectar a un solo pie, pero más a menudo a los dos. Rafael Nadal sufre de un solo pie, el izquierdo. Esta patología afecta más a menudo a las mujeres y a personas entre 40 y 60 años.
El síndrome de Müller-Weiss tiene cinco etapas: la primera no revela síntomas, la última es la artrosis.
Con frecuencia, es una enfermedad difícil de diagnosticar al inicio, porque se desarrolla de una manera silenciosa en su primera etapa. Los dolores aparecen generalmente a partir de la segunda.
Para los pacientes que ya no pueden aguantar el dolor y que no pueden caminar, es necesaria una intervención quirúrgica para bloquear las dos articulaciones que implican el hueso navicular. “En el caso en el que el hueso navicular se desintegre, hace falta también un trasplante óseo para restablecer la longitud del arco interno del pie”, precisa el doctor Mainard.
“Practicar deporte de alto nivel después de una operación semejante me parece difícil”, concluye.
Fuente: Excelsior