Ucrania rechazó los corredores humanitarios que evacuarían civiles hacia Rusia y Bielorrusia tal y como había propuesto Moscú, una cuestión que ocupará buena parte de la tercera ronda de negociaciones entre los dos países que comenzó este lunes por la tarde en Bielorrusia.
La ofensiva rusa, lanzada el 24 de febrero, llevó a más de 1.7 millones de personas a salir de Ucrania, según la ONU, y muchas más han sido desplazadas dentro del país o están atrapadas en ciudades bombardeadas por Rusia. Además, la agravación del conflicto también está provocando turbulencias financieras y un aumento vertiginoso del precio del petróleo y del oro.
Este lunes por la tarde comenzó una tercera ronda de conversaciones ruso-ucranianas en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, que estarán centradas -según el jefe de la delegación rusa, Vladimir Medinski- en los corredores humanitarios.
Sin embargo, las expectativas no son buenas. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha puesto como condición previa la aceptación por parte de Kiev de todas las exigencias de Moscú, especialmente la desmilitarización de Ucrania y un estatuto neutral para el país.
El ejército ruso anunció este lunes la suspensión temporal de ataques en algunas zonas “con fines humanitarios” y la apertura de corredores humanitarios para evacuar a civiles de Kiev, Kharkiv, del puerto sitiado de Mariúpol y de la localidad de Sumy, cerca de la frontera rusa.
Pero la mitad de estos corredores se dirigen a Rusia y Bielorrusia y el gobierno ucraniano rechazó de pleno la propuesta.