El expresidente Donald Trump anunció su intención de solicitar la pena de muerte para cualquier migrante condenado por asesinar a un ciudadano estadounidense. Esta propuesta radical se enmarca en su retórica antiinmigrante, y fue expresada durante un mitin en Greensboro, Carolina del Norte. “Estoy pidiendo la pena de muerte para cualquier migrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente de las fuerzas del orden”, afirmó Trump, convencido de que el Congreso lo aprobará.
En su discurso, Trump también prometió deportaciones masivas y un castigo de 10 años para quienes regresen a Estados Unidos tras ser expulsados. A pesar de que Carolina del Norte fue afectada por el huracán Helene, Trump centró su intervención en la inmigración, un tema que asegura preocupa más a los estadounidenses que la economía. Sin embargo, encuestas recientes indican que la economía es la principal preocupación para el 52% de los votantes.
Durante el evento, el candidato republicano arremetió contra su rival, la vicepresidenta Kamala Harris, a quien acusó de tener “las fronteras abiertas”. Esta afirmación contrasta con las restricciones al asilo implementadas por el Gobierno de Joe Biden, que han reducido significativamente los arrestos en la frontera. Trump reiteró su apoyo a los trabajadores de la Patrulla Fronteriza y calificó la inmigración como la mayor amenaza para el país.
La retórica de Trump ha resurgido en un momento crítico, ya que Carolina del Norte es uno de los estados clave que podría definir el resultado de las próximas elecciones presidenciales. Con una carrera electoral reñida, sus declaraciones buscan galvanizar el apoyo entre sus bases, aunque la realidad de la opinión pública parece divergir de su mensaje.