El gobierno de Donald Trump ordenó la suspensión del suministro de medicamentos esenciales contra el VIH, la malaria y la tuberculosis, así como de insumos médicos para recién nacidos en países apoyados por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), según un memorando obtenido por Reuters.
La medida afecta a organizaciones y contratistas que trabajan en el suministro de tratamientos y servicios de salud en 23 países, impactando a millones de personas, incluidos 6.5 millones de niños vulnerables al VIH. Además, pone en riesgo la aparición de cepas resistentes a los medicamentos debido a interrupciones en los tratamientos.
Este congelamiento de 90 días, ordenado desde el inicio de su mandato, busca evaluar la eficiencia de los programas en línea con la política exterior estadounidense. Sin embargo, expertos advierten que estas acciones ponen en peligro la salud global y miles de millones de dólares en ayuda humanitaria.
En 2024, Estados Unidos aportó el 42% de la ayuda humanitaria registrada por la ONU, siendo el mayor donante mundial.