
España enfrenta nueva crisis ferroviaria tras sabotaje y robo de cable en Toledo.
A tan solo una semana del apagón masivo que dejó sin electricidad a más de 45 millones de personas, España vivió una nueva jornada de caos, esta vez en el sistema de trenes de alta velocidad que conecta Sevilla con Madrid. Más de 10 mil 700 pasajeros resultaron afectados por una serie de incidencias provocadas, según autoridades, por un presunto sabotaje y el robo de cable de cobre en las vías.
El ministro de Transporte, Óscar Puente, atribuyó los retrasos a un acto deliberado: “Fue un sabotaje”, aseguró. No obstante, Renfe, la empresa ferroviaria estatal, confirmó que durante la madrugada se detectó el robo de cableado en al menos cuatro puntos de la provincia de Toledo, lo que comprometió el sistema de seguridad de la red.
La crisis dejó varados a miles de usuarios en las estaciones de Atocha (Madrid) y San Justo (Sevilla), muchas de las cuales permanecieron colapsadas sin información oficial. Dentro de los trenes detenidos, pasajeros —incluyendo familias con niños y adultos mayores— pasaron la noche sin electricidad, comida ni agua, mientras los servicios se apagaban para ahorrar gasóleo.
Uno de los casos más graves fue el de una niña de nueve años que sufrió una apendicitis aguda y tuvo que ser trasladada de urgencia a un hospital, ante la falta de asistencia médica inmediata.
La situación se agravó cuando se reportó que un tren de la empresa italiana Iryo había enganchado la catenaria, una versión desmentida por la compañía. La normalidad en la red ferroviaria no se recuperó sino hasta más de doce horas después, cerca de las 16:00 horas del día siguiente.