Como en sus peores épocas cuando hace 15 años era el foco de la violencia en México, Ciudad Juárez se convirtió en una ciudad fantasma después de horas de violencia que cobraron la vida de 11 personas y luego de que escuelas, guarderías, gimnasios y algunas empresas maquiladoras suspendieron actividades; además del cierre de negocios y la suspensión de trabajo del tercer turno de la industria maquiladora.
El SAT también decidió cerrar sus oficinas en esa ciudad fronteriza y hasta el futbol sufrió por la violencia al suspenderse el encuentro de su equipo de primera división, Indios de Juárez, que en la jornada 8 jugaba contra Pachuca. Cerraron también juzgados penales del penal, lo mismo que Oxxos.
Ciudadanos realizaron compras de pánico, abarrotaron supermercados para comprar lo necesario y evitar salir de sus domicilios el fin de semana por temor a la ola de violencia.
Las pocas personas que se aventuran a salir a las calles, lo hacen por necesidad. Ayer la mayoría de las tiendas de abarrotes, departamentales y supermercados bajaron sus cortinas. Por difícil que parezca, es complejo comprar una botella con agua.
La violencia ya impactó en sectores económicos de Ciudad Juárez. Vivaerobus anunció la suspensión de sus vuelos por la inseguridad y los centros comerciales que abrieron sus puertas anunciaron su cierre a las 22:00 horas para que su personal pueda retirarse a casa sin riesgo.
La cadena de pizzerías Little Caesars mantuvo cerrados sus locales, mientras en redes sociales se difundieron videos de las personas heridas en una de sus sucursales. En los ataques, dos personas fallecieron en tiendas de la cadena Oxxo. La Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad) reprobó los actos de violencia ocurridos en Chihuahua y Guanajuato y urgió a las autoridades a reforzar la seguridad.
Coparmex condenó también la violencia y reprobó los actos suscitados en distintos puntos del territorio nacional, con el objetivo de infundir temor entre la población y exigió al gobierno cumplir su obligación de garantizar la seguridad de los mexicanos, como también lo hizo el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
A más de 24 horas de la jornada violenta que dejó 11 muertos tras una serie de narcobloqueos y balaceras por toda la ciudad, en Juárez ya no huele a pólvora pero sí se percibe en el ambiente el miedo. En un intento por establecer la paz, el Ejército desplegó a 700 efectivos para realizar tareas de patrullaje y las autoridades de seguridad de Chihuahua se reunieron para coordinar acciones contra el crimen organizado, con los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Los habitantes se dicen indignados por el asesinato de los comunicadores, los despachadores de gasolina y las demás víctimas, todas inocentes. “La manera en la que mataron a la gente que estaba en las pizzas se me hizo algo muy cruel”, narró una mujer que por temor prefirió mantener en el anonimato.
Tras los hechos del pasado jueves, por las avenidas principales pasan pocos vehículos. Lo que vive Ciudad Juárez no se veía desde 2015, cuando la guerra entre Los Zetas y El Golfo convirtió a esta zona de Chihuahua en el botín de guerra de los grupos criminales.
“Bueno no olvides que vamos a estar aquí hasta en punto de las 9 de la noche tus amigos de la radio positiva Switch 105.9, así que te seguimos esperando. Estamos en ejército nacional, frente a Little Caesars, así que no te puedes perder está transmisión, este gran evento. Ya es este sábado 13 de agosto, ya lo sabes las puertas se abren a las 7 para empezar a las 8:00 con todo el jolgorio, con todo el ambiente de Los Switcheros de la radio positiva, no te lo puedes perder aquí te vamos a estar esperando”.
Estas fueron las últimas palabras de Allán González,el locutor de la empresa Megaradio minutos antes de ser asesinado.
“Decirles también que el día de ayer apagaron no una sino cuatro voces de la empresa pero que jamás nos quedaremos callados ante la impunidad”, advirtió José Joya, director de Megaradio.
Este viernes, Ciudad Juárez fue también un día sin locutores. Trabajadores de Megaradio apagaron los micrófonos en señal de luto y de autocensura.
“Yo creo que es una combinación de ambos. Es una manera de protestar, de hacernos sentir que estamos en desacuerdo con lo que sucede, pero también en solidaridad con las familias de nuestros compañeros, de nuestros mismos compañeros que merecen un respeto y es por ello que se tomó la determinación de suspender las actividades”, agregó José Joya, director de Megaradio.