
El gobierno de Nueva Zelanda ha propuesto prohibir el acceso a redes sociales a menores de 16 años, en un esfuerzo por protegerlos de contenidos dañinos. El primer ministro Christopher Luxon explicó que la medida incluiría multas de hasta 2 millones de dólares neozelandeses (1.2 millones de dólares estadounidenses) para las plataformas que no verifiquen la edad de sus usuarios adecuadamente.
Inspirada en una legislación similar de Australia, esta propuesta forma parte de un esfuerzo global por aumentar la seguridad infantil en el entorno digital. Sin embargo, enfrenta el desafío de conseguir apoyo en el Parlamento neozelandés, ya que requiere del respaldo de los otros dos partidos que integran la coalición de gobierno.
La industria tecnológica ya ha mostrado resistencia a medidas similares en otros países, calificándolas de vagas o apresuradas. Aun así, la iniciativa de Nueva Zelanda refuerza una tendencia internacional hacia una mayor regulación de las plataformas sociales, especialmente en relación con el acceso de menores.