Nissan Motor Co. ha anunciado un drástico plan de reestructuración que implicará la eliminación de 9,000 empleos y una reducción del 20% en su capacidad de producción global. Esta medida forma parte de un esfuerzo por reducir costos en 2,600 millones de dólares en el presente año fiscal, ante la persistente caída de ventas en mercados clave como China y Estados Unidos.
La compañía japonesa, que se enfrenta a dificultades debido a la fuerte competencia de fabricantes locales en China y la falta de una oferta competitiva de vehículos híbridos en Estados Unidos, ha rebajado sus previsiones de ganancias anuales en un 70%, pasando de 500,000 millones a 150,000 millones de yenes. Este es el segundo recorte de pronósticos que realiza Nissan en lo que va del año, y refleja la profunda crisis que enfrenta, tras no haber logrado recuperarse completamente del escándalo que llevó a la destitución de su expresidente Carlos Ghosn en 2018.
Nissan también ha confirmado que reducirá el desarrollo de nuevos modelos de vehículos a 30 meses, con el objetivo de mejorar la eficiencia y acelerar el tiempo de respuesta al mercado. Asimismo, se intensificará la colaboración con sus socios estratégicos, Renault y Mitsubishi Motors, en un intento por maximizar la eficiencia de sus operaciones. Además, el presidente ejecutivo de Nissan, Makoto Uchida, ha anunciado que renunciará a un 50% de su salario mensual como parte de un esfuerzo conjunto para enfrentar la crisis.
A pesar de los esfuerzos de reestructuración, la competencia en el mercado de vehículos eléctricos e híbridos, especialmente en China, sigue siendo una amenaza significativa para Nissan, que lucha por adaptarse a las demandas de los consumidores que optan por modelos más ecológicos y asequibles. En Estados Unidos, el auge de los vehículos híbridos de su competidor Toyota ha exacerbado la situación de Nissan.
