El ruido retórico ensordecedor y el silencio por la ausencia de acciones necesarias para salvar al mundo de sus múltiples crisis existenciales rodean las actividades de la reunión de alto nivel de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Continuó por segundo día el desfile de oradores ante la Asamblea General que durará una semana, y a la vez ayer se realizaron dos actos de alto perfil: una reunión del Consejo de Seguridad sobre Ucrania y otra minicumbre relacionada con el cambio climático.
En el Consejo de Seguridad los medios trataron de elevar el drama anticipando que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, y el canciller ruso, Sergei Lavrov, estarían en la misma sala por primera vez desde que comenzó la guerra. Sin embargo, la coreografía decepcionó a los observadores, ya que el ruso llegó después del discurso del ucranio, quien tampoco permaneció ahí para escuchar a Lavrov.
En ese foro hubo una lista larguísima de oradores, pero nadie esperaba que después de tanto verbo habría alguna acción concreta y era difícil medir si se habían tomado pasos o no hacia lo que todos decían era su meta: la paz.