
Miles de fieles llenaron este miércoles el pasillo central de la Basílica de San Pedro para presentar sus últimos respetos al papa Francisco, al inicio de tres días de capilla ardiente tras su muerte el lunes a los 88 años. El cuerpo del pontífice argentino fue trasladado en procesión desde la Domus Santa Marta, su residencia en el Vaticano, hasta el altar mayor de la basílica, donde su sencillo ataúd de madera fue colocado sobre una rampa inclinada, custodiado por cuatro guardias suizos, como él mismo lo había solicitado: sin catafalcos ni excesos.
El cardenal Kevin Farrell encabezó la ceremonia de recepción, acompañado por incienso, cantos litúrgicos y la Letanía de los Santos. Cardenales, obispos, religiosos y luego miles de fieles pasaron frente al féretro en silencio. Se estima que decenas de miles acudirán antes del cierre del velorio el viernes a las 7 p.m. El funeral será el sábado a las 10 de la mañana en la Plaza de San Pedro, con presencia confirmada de líderes internacionales como Donald Trump y Volodymyr Zelenskyy.
Francisco, primer pontífice latinoamericano, será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, tal como lo dejó estipulado en su testamento. Su pontificado de 12 años estuvo marcado por la humildad, la cercanía con los pobres y un mensaje de inclusión que revolucionó el papado moderno, aunque generó tensiones con sectores conservadores de la Iglesia.
Mientras los fieles continúan llegando, los cardenales ya se han reunido en privado para preparar el cónclave en el que elegirán al nuevo papa. Aunque aún no hay fecha oficial, se espera que inicie antes del 5 de mayo. Son 133 los cardenales menores de 80 años con derecho a voto. Entre ellos, el cardenal John Ribat, de Papúa Nueva Guinea, destacó la importancia de que su nación tenga voz en un cónclave más diverso, reflejo del impulso reformista de Francisco.
Durante el proceso, se escuchará la tradicional frase latina “extra omnes” que marca el inicio del cónclave secreto en la Capilla Sixtina. Allí, los cardenales votarán hasta que el humo blanco anuncie un nuevo sucesor de Pedro, en un rito cargado de simbolismo. “Veremos qué dice el Espíritu Santo”, dijo el cardenal surcoreano Lazarus You Heung-sik.
En medio del luto y la espera, peregrinos como Julio Henrique, de Brasil, resumen el sentimiento general: “Hemos perdido a nuestro líder. Pero aún así, en unos días, tendremos un nuevo líder. La esperanza permanece”.