Rusia lanzó un ataque masivo con drones y misiles contra infraestructuras energéticas en Ucrania, causando la muerte de al menos cuatro personas y ocasionando apagones generalizados. Esta operación, considerada la mayor campaña de bombardeos en semanas, afectó a 15 regiones ucranianas, con más de 100 misiles y un centenar de drones Shahed siendo utilizados, según reportes del presidente ucraniano Volodymir Zelensky.
En respuesta a la devastadora ofensiva, Zelensky ha solicitado apoyo adicional de sus aliados europeos, destacando la necesidad de colaboración entre la aviación europea y la defensa aérea ucraniana. El Ministerio ruso de Defensa, por su parte, ha afirmado que el bombardeo tuvo como objetivo instalaciones energéticas críticas para el “funcionamiento del complejo industrial-militar de Ucrania”, asegurando que todos los objetivos fueron alcanzados.
Tras los bombardeos, un dron o aparato volador penetró en territorio polaco, según el ejército de ese país. Aunque se sospecha que se trató de un dron, no se confirmaron detalles precisos sobre el incidente. El general Maciej Klisz de las fuerzas operativas polacas indicó que el aparato no era un misil hipersónico o balístico.
Estos ataques se producen tras la reciente ofensiva ucraniana en la región rusa de Kursk y en un contexto donde los bombardeos han sido una constante desde la invasión rusa de Ucrania hace dos años y medio. La tensión escaló el sábado con un ataque a un hotel en Kramatorsk que albergaba empleados de Reuters, resultando en la muerte de un asesor de seguridad e hiriendo a dos periodistas. Rusia ha declarado que no tiene información clara sobre este ataque, insistiendo en que sus bombardeos se dirigen únicamente a objetivos militares y relacionados.