Durante la décima edición del encuentro “Abrazos no muros” congregó a más de 100 familias de migrantes y mexico-estadunidenses, quienes se rencontraron y estrecharon durante unos seis minutos, después de años de no verse, en la ribera del río Bravo donde termina Texas y comienza la ciudad de Sunland Park, Nuevo México, en la frontera de Ciudad Juárez.
“Abrazos no muros” dio inicio a las 9 de la mañana, cuando los migrantes y sus familias pudieron moverse en las inmediaciones del río Bravo, cruzar la frontera y saludarse, mientras eran vigilados por autoridades de ambos países.
Esta reunión es organizada cada año por la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR, por sus siglas en inglés), en colaboración con la Alianza Reforma de Inmigración para Texas, el patrocinio del Ministerio de Paz y Justicia de la Diócesis Católica de El Paso y, desde 2022, con la participación del ayuntamiento de Ciudad Juárez.
“Es un evento que expresa mucho amor, pero sin duda es de protesta, es un llamado de atención a la política migratoria que destruye familias, separa padres de hijos, a hermanos; entonces, para nosotros es importante que siga sucediendo mientras más se está cerrando la frontera y más se criminaliza a la familia migrante”, dijo Fernando García, director de BNHR.