El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha generado una creciente sensación de miedo e incertidumbre en la comunidad LGBTI+ de Estados Unidos, que advierte un posible retroceso en los derechos alcanzados en los últimos años. Organizaciones y activistas del colectivo temen que la administración de Trump intensifique la desigualdad y los crímenes de odio, como sucedió durante su primer mandato. “Siento que volvemos a vivir una pesadilla, pero que esta vez es peor que en 2016”, expresó Claire E., una mujer bisexual de 28 años que vivió el acoso y la discriminación en su propio país durante la presidencia de Trump.
El apoyo electoral de Trump en esta elección fue significativo, pero en su mayoría provino de sectores opuestos a la comunidad LGBTI+, que sigue recordando políticas como la prohibición de personas trans en las fuerzas armadas y las propuestas para eliminar la atención médica para menores transgénero. Según una encuesta de NBC News, un 86% de los votantes LGBTI+ respaldaron a Kamala Harris, mientras que solo el 13% apoyó al republicano. Además, Trump ha prometido continuar su agenda contra los derechos de este colectivo, con un enfoque particular en la revocación de leyes como el Título IX, que protege los derechos civiles de estudiantes transgénero.
Robert Contreras, director de Bienestar Human Services, advirtió que los tiempos por venir serán particularmente difíciles para las personas trans y migrantes, quienes podrían enfrentar un aumento en los crímenes de odio y la discriminación. En este contexto, teme que las personas de la comunidad LGBTI+ dejen de acceder a servicios médicos por temor a ser estigmatizadas o discriminadas. Además, las propuestas de Trump para eliminar la Ley de Atención Médica Asequible (Obamacare) y recortar servicios de salud, particularmente para la población afectada por el VIH, preocupan aún más.
A pesar de estos retos, las elecciones también ofrecieron algunos avances para la comunidad LGBTI+. Sarah McBride, de Delaware, se convirtió en la primera persona trans en ser elegida al Congreso, y Emily Randall en la primera persona LGBTI+ de Washington, además de la primera latina en ocupar este puesto. En California y Colorado, se aprobaron iniciativas que amplían los derechos matrimoniales y refuerzan la protección de los derechos LGBTI+. “Los desafíos que tenemos por delante son reales, pero la lucha por la igualdad está lejos de haber terminado”, comentó Joe Hollendoner, director ejecutivo del Centro LGBT de Los Ángeles, dejando claro que, aunque los tiempos sean difíciles, la resistencia sigue viva.
