Israel abrió ayer un paso directo para la ayuda a Gaza por primera vez en su guerra de más de dos meses contra Hamas, pero también intensificó los ataques contra el enclave palestino al subrayar que la presión militar era la única forma de liberar a sus rehenes.
Los asaltos israelíes se produjeron en medio de encarnizados combates a lo largo de la franja costera, según residentes y militantes, y las comunicaciones se cortaron por cuarto día consecutivo, lo que dificultó el acceso a los heridos.
Las esperanzas de paz aumentaron anteayer, cuando una fuente indicó que el jefe del espionaje israelí habló el viernes con el primer ministro de Qatar, que medió en la liberación de los rehenes a cambio de un alto el fuego de una semana y la liberación de prisioneros palestinos.
Dos fuentes de seguridad de Egipto dijeron ayer que tanto Israel como Hamas estaban abiertos a un alto el fuego renovado y a la liberación de rehenes, aunque persistían desacuerdos sobre cómo se llevaría a cabo.
Otra señal positiva fue la apertura ayer del paso fronterizo de Kerem Shalom entre Israel y Gaza a los camiones de ayuda, por primera vez desde el estallido de la guerra.
Sin embargo, las autoridades israelíes dijeron que estaban decididas a seguir luchando para eliminar a Hamas, que gobierna Gaza desde 2006 y ha jurado destruir ese país.
Es importante que deje claro que las fuerzas de defensa de Israel están decididas a completar la tarea de desmantelar Hamas, declaró en Tel Aviv el portavoz militar, contralmirante Daniel Hagari.