Israel conmemora un año desde la masacre en el Festival Nova, donde 364 personas perdieron la vida en un ataque de milicianos palestinos. En la explanada del festival, familiares, amigos y supervivientes se reunieron para recordar a sus seres queridos, mientras el eco de los bombardeos sobre Gaza resonaba a pocos kilómetros de distancia. Este trágico aniversario está marcado por el dolor y el trauma, con el presidente Isaac Herzog afirmando que la lucha de Israel es “la batalla del mundo libre” contra sus enemigos.
Mishel Koren, una de las sobrevivientes, describió su experiencia angustiante al escuchar los estallidos lejanos, señalando que vive con estrés postraumático. Junto a un pequeño altar que rinde homenaje a su amiga Noa Farag, recuerda el día del ataque. Noa salió del refugio apenas cinco minutos antes de que los milicianos llegaran y nunca volvió. Mishel es una de las pocas que sobrevivieron en el refugio, un lugar que se convirtió en escena de horror cuando los atacantes lanzaron granadas al interior.
La devastación en Gaza continúa como respuesta al ataque de Hamás, que dejó casi 1,200 israelíes muertos y muchos más secuestrados. Las cifras de fallecidos en la Franja han aumentado a alrededor de 42,000, generando un clima de luto y desesperación en ambos lados del conflicto. Durante la ceremonia, los asistentes fueron advertidos de las explosiones inminentes, reflejando la realidad incesante de la violencia en la región.
El evento culminó con un minuto de silencio en honor a las víctimas, precedido por la última canción que sonaba en el festival, ‘Clear Test Signal’, un recordatorio sombrío de lo que se perdió en aquel fatídico día. La memoria de las víctimas sigue viva, en medio del estruendo de la guerra que no cesa.
