El sindicato IG Metall, el más grande de Alemania, ha manifestado su firme oposición a los planes de recorte de empleos de las empresas Thyssenkrupp y Ford, en medio de una creciente ola de conflictos laborales en el país. Ambos gigantes industriales han anunciado la pérdida de miles de puestos de trabajo como parte de sus estrategias para reducir costos frente a la competencia internacional y la recesión económica que afecta a Europa.
Thyssenkrupp, una histórica empresa siderúrgica alemana, ha revelado que planea reducir el 40% de su plantilla en los próximos años, aunque aún no ha presentado detalles concretos sobre cómo se implementará esta reestructuración. El sindicato IG Metall ha advertido que se opondrá a los recortes, calificándolos de injustos y dañinos para los trabajadores. Por otro lado, la amenaza de cierre de la planta de Ford en Colonia ha sido recibida con gran preocupación, pues podría representar la “muerte gradual” de la producción en la ciudad, según Kerstin Klein, representante de IG Metall.
En paralelo, Volkswagen también se enfrenta a tensiones laborales por sus propios recortes de costos, incluyendo la posibilidad de cerrar fábricas en Alemania. Estos conflictos reflejan una creciente resistencia de los trabajadores alemanes frente a los ajustes económicos impuestos por las grandes corporaciones para adaptarse a las dificultades del mercado global.
En el sector automotriz, Stellantis también ha suspendido la producción de varios modelos en su planta de Mirafiori, en Turín, debido a la caída de las ventas, especialmente de vehículos eléctricos y de lujo en mercados clave como China y Estados Unidos. Este escenario de incertidumbre económica está afectando a varias industrias europeas, que buscan equilibrar la necesidad de reducir costos con la presión social de preservar el empleo.