En diversas comunidades de Oaxaca, los habitantes han expresado su rechazo a la llegada de caravanas migrantes, destacando los impactos negativos en la vida cotidiana. Aunque algunos sectores, como comerciantes y transportistas, se benefician económicamente del flujo migratorio al ofrecer alimentos, servicios y transporte, a nivel social las consecuencias han sido problemáticas.
Los residentes denuncian situaciones como la acumulación de basura, disputas por el uso de electricidad y un aumento de robos. En localidades como San Pedro Tapanatepec, el presidente municipal Humberto Parrazales señaló que en los últimos años la llegada masiva de migrantes “colapsó los servicios y el comercio”, generando tensiones entre los pobladores y los migrantes.
Por su parte, autoridades de Santo Domingo Zanatepec, como la alcaldesa Tania Isabel Escobar, han indicado que las tierras donde se reciben a los migrantes no son propiedad del municipio, sino del ejido, lo que genera costos adicionales por la renta y la limpieza de los espacios. Esto ha llevado a algunos municipios, como Santiago Niltepec y Santo Domingo Ingenio, a anunciar que no permitirán el ingreso de nuevas caravanas.
Este fin de semana, se espera la llegada de la caravana migrante ‘Cristo Vive’, que se estima iniciará con casi mil integrantes, aunque se prevé que al llegar a Juchitán, el número aumente a 3,000. En ese municipio se decidirá si la caravana continúa su camino hacia la Ciudad de México a través de Oaxaca o Veracruz, mientras persisten las quejas locales sobre seguridad y condiciones de vida.