El escritor albanés Ismail Kadaré, fallecido ayer a los 88 años, construyó una obra monumental utilizando la literatura como instrumento de libertad bajo la tiranía comunista de Enver Hoxha, una de las peores dictaduras del siglo XX.
Kadaré sucumbió a una crisis cardiaca, indicó el hospital de la capital albanesa. Llegó sin señales de vida y los médicos le hicieron un masaje cardiaco, pero murió hacia las 6:40 horas, precisó.
Etnógrafo y novelista sarcástico que alternaba lo grotesco y lo épico, Kadaré exploró los mitos y la historia de su país para disecar los mecanismos del totalitarismo, un mal universal. Su obra ha sido traducida a más de 40 idiomas.
La literatura “me dio todo lo que tengo, fue el sentido de mi vida, me dio el coraje de resistir, la felicidad, la esperanza de superar todo”, explicó, ya debilitado, desde su casa de Tirana, la capital albanesa.