Dos ejecuciones reavivan debate sobre la pena de muerte en EE. UU.

En una jornada que ha reavivado la polémica sobre la pena de muerte en Estados Unidos, este martes fueron ejecutados dos hombres en los estados de Alabama y Florida, uno de ellos mediante el controvertido método de asfixia con nitrógeno.
Gregory Hunt, de 65 años, fue ejecutado en la prisión estatal de Atmore, Alabama, mediante la inhalación de nitrógeno, un método que ha sido calificado de cruel por organismos internacionales como la ONU. Hunt fue condenado por la violación y asesinato de Karen Lane en 1988. Su ejecución marca la quinta vez que Alabama emplea este método, mientras que Luisiana es el único otro estado que lo ha utilizado hasta la fecha.
En Florida, Anthony Wainwright, de 54 años, murió por inyección letal en la prisión de Raiford. Wainwright fue hallado culpable del asesinato de Carmen Gayheart, una estudiante de enfermería de 23 años, madre de dos niños. El crimen ocurrió en 1994, días después de que el condenado se fugara de una prisión en Carolina del Norte junto a un cómplice, quien también fue sentenciado a muerte, aunque falleció antes de su ejecución.
La semana continuará con más ejecuciones programadas. En Oklahoma, la ejecución de John Hanson fue suspendida temporalmente por un juez, quien alegó violaciones a los derechos del reo durante su audiencia de clemencia. No obstante, el fiscal estatal solicitó revertir la decisión. Por otro lado, en Carolina del Sur se espera la ejecución de Stephen Stanko, condenado por el doble homicidio de su pareja y un amigo en 2005.
En lo que va del año 2025, Estados Unidos ha llevado a cabo 19 ejecuciones: 15 por inyección letal, dos por fusilamiento y dos mediante gas nitrógeno. La pena de muerte ha sido abolida en 23 estados y está bajo moratoria en tres más.
A pesar del rechazo creciente de la opinión pública y de organizaciones de derechos humanos, el expresidente Donald Trump ha reiterado su apoyo a la pena capital y ha pedido su ampliación para castigar los crímenes “más atroces”.