DESESPERACIÓN DE EXTRANJEROS EN LA FRONTERA TEXANA

En su desesperación por intentar cruzar a Estados Unidos, un centenar de migrantes, entre ellos ancianos, mujeres –algunas con bebés en brazos– y niños, cruzaron el río Bravo ayer por la mañana, hasta que una cerca de alambre con navajas les impidió el paso.

Los indocumentados, la mayoría venezolanos, permanecieron cuatro horas entre las gélidas aguas, hasta que efectivos de la Guardia Nacional de Texas los llevaron a iniciar sus procesos de deportación.

Antes de entrar al Bravo, los extranjeros dejaron en la orilla mexicana sus pertenencias, incluidas ropas de invierno, y avanzaron caminando, nadando y en inflables hacia territorio estadunidense, donde se toparon con la alambrada.

Los uniformados comenzaron a ordenarles, la mayoría en inglés y algunos en español, que regresaran por el río hacia Matamoros –limítrofe con Brownsville, Texas– pero los migrantes se negaron.