Los lácteos son uno de los alimentos que más contribuyen al aporte de calcio a nuestro organismo. Para igualar la cantidad de calcio que hay en un vaso de leche (240 mg de calcio en 200 ml de leche) tendríamos que tomar 2.5 kg de arroz, 1.2 kg de guisantes o 40 fresas1.
Las vacas empiezan a dar leche una vez han alumbrado y a lo largo de su vida una vaca puede producir unos 30.000 litros de leche, lo que serían aproximadamente 120.000 vasos de leche
El 1 de junio se celebra el Día Mundial de la Leche organizado por la FAO5. Este día se celebran las importantes contribuciones del sector lácteo a la sostenibilidad, el desarrollo económico y la nutrición.
Según la mitología griega la vía Láctea surgió de la leche derramada en el cielo por el pecho de la Diosa Hera.
Un ejemplo de derivado de la leche, el queso, es uno de los primeros alimentos transformados de la historia, se tiene constancia de este alimento desde el tercer milenio a. C.
La leche alivia la sensación de caliente y picante: cuando ingieres algo muy picante, lo mejor es tomar leche para aliviar ese ardor ya que las grasas de la leche ayudan a disolver la capsaicina, que es el compuesto que se encuentra en los chiles responsables de la sensación de picante que ofrece
¿Te has preguntado alguna vez por qué la mantequilla es amarilla si viene de la leche y ésta es blanca? Pues el color amarillo es debido a los beta-carotenos que contiene. Éstos son unos pigmentos vegetales que vienen de las plantas de las que se alimenta la vaca y se concentran en la grasa de la leche, debido a que son liposolubles. En la leche, el beta-caroteno se encuentra en los glóbulos de grasa, pero se encuentra oculto por una membrana que los recubre. Sin embargo, tras el batido necesario para hacer la mantequilla, la membrana se rompe, dejando libre los beta-carotenos, y proporcionando el color amarillo a la mantequilla.