En un alarmante giro de los acontecimientos, cárteles del narcotráfico han intensificado su control sobre las rutas migratorias en Chiapas, marcando a los migrantes con sellos tras secuestrarlos y extorsionarlos. Una investigación de N+ ha revelado que estas bandas delincuenciales secuestran a personas que cruzan desde Guatemala hacia México, exigiendo rescates significativos.
Luis, un migrante nicaragüense, compartió su desgarradora experiencia: él y su familia fueron atrapados por un grupo criminal que prometía ayudarles a cruzar, pero en su lugar, fueron secuestrados en Ciudad Hidalgo. Después de que su familia pagara 2,500 dólares por su liberación, los criminales les colocaron un sello en el hombro, permitiéndoles continuar su viaje bajo la amenaza de represalias.
Los delincuentes utilizan estos sellos para identificar a los migrantes que han pagado, asegurando su paso a través de retenes migratorios y de seguridad. Aquellos que no logran abonar la cuota son sometidos a castigos severos, incluyendo reclutamiento forzado y violencia extrema, particularmente hacia mujeres y menores.
Heyman Vázquez, párroco y defensor de migrantes en la región, destacó que el secuestro de migrantes se ha vuelto una fuente de ingresos más lucrativa que el tráfico de drogas para los cárteles. “Los migrantes generan más recursos para la delincuencia organizada, por eso buscan controlar el flujo migratorio”, enfatizó, subrayando la gravedad de esta crisis humanitaria.
