El día de ayer, Claudia de Buen Unna confirmó su renuncia a la Barra Mexicana, Colegio de Abogados y denunció insultos, acoso en su trabajo, misoginia, agresiones, intimidaciones e incluso amenazas.
Mediante una carta, la abogada manifestó que lo más dificil en su gestión fue “llevar a cabo el programa de trabajo que, desde un inicio me propuse realizar, a pesar de las resistencias de varios de los integrantes del Consejo, la gran mayoría de estas por razones personales motivadas por la misoginia que impera en algunos de sus miembros”.
“Dediqué mi tiempo y mis recursos económicos, sacrificando incluso tiempo con mi familia y, mis ahorros, todo para desempeñar el honroso cargo de presidenta para el que fui electa de forma democrática”, manifestó.
Acusó que recibió de consejeros y no consejeros intimidaciones, amenazas e insultos. Además, se hicieron cinco extrañamientos en su contra, publicaciones para denostar a su persona y una queja del expresidente Héctor Herrera Ordoñez.
Tachó de “inaceptable” que, aun cumpliendo con su encargo, se le hayan perpetrado varios agravios como sacarla de chats, no develar su fotografía en la anterior Asamblea, y no convocarla con la reunión que sostuvo el presidente Víctor Olea Peláez con los expresidentes el pasado 4 de julio, razones por las que presentó su renuncia.