Rusia confirmó la salida de Bashar Al Assad, marcando el fin de un régimen que durante cinco décadas simbolizó la opresión en Siria. Tras más de una década de guerra civil, los rebeldes celebran este cambio histórico como el inicio de una nueva era, llena de esperanza y posibilidades para el país.
En un emotivo mensaje, los rebeldes declararon: “Después de 50 años de opresión y 13 años de crímenes y desplazamiento forzado, anunciamos hoy el fin de este período oscuro y el inicio de una nueva era para Siria.”
El anuncio ha generado reacciones mixtas a nivel internacional. Mientras muchos países aplauden el fin del régimen de Al Assad, otros expresan preocupación por el vacío de poder y la inestabilidad que podrían surgir en esta etapa de transición.
La comunidad siria, desgastada por años de conflicto y desplazamiento, ahora enfrenta el desafío de reconstruir una nación devastada. Aunque la caída del régimen es un hito significativo, el futuro político y social de Siria sigue siendo incierto.
