La Casa Blanca fustigó ayer la entrada en vigor de leyes “drásticas” para prohibir el aborto en Oklahoma, Idaho, Texas y Tennessee, según un comunicado de la portavoz presidencial estadunidense Karine Jean-Pierre.
Refiriéndose de manera general a la ofensiva conservadora contra el derecho al aborto, el presidente Joe Biden declaró, durante una reunión en la Casa Blanca con legisladores, “que en noviembre, durante las elecciones intermedias, los estadunidenses se asegurarán de evitar que pasen los límites”, dando a los demócratas una clara mayoría en el Congreso.
Idaho, Texas y Tennessee se sumaron a una decena de estados conservadores que han adoptado leyes que prohíben la interrupción voluntaria del embarazo, incluso en casos de violación e incesto.
Su entrada en vigor es consecuencia directa de la decisión, el 24 de junio, de la muy conservadora Corte Suprema de anular el derecho constitucional al aborto.