El apoyo incondicional de Washing-ton a la guerra brutal de Tel Aviv en Gaza está arrastrando a Estados Unidos a un conflicto regional más amplio, aislando al gobierno de Joe Biden, tanto dentro como fuera del país, y potencialmente podría colocar a este gobierno como un acusado en el caso contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia impulsado por Sudáfrica.
“Tel Aviv parece estar tomando ventaja de la casi total deferencia de Biden con Netanyahu para hacer lo que presidentes estadunidenses anteriores previnieron a Israel de hacer –arrastrar a Estados Unidos a una guerra regional con Irán y sus aliados–”, advierte Trita Parsi, vicepresidente ejecutivo del Quincy Institute for Responsable Statecraft, centro de análisis de política internacional en Washington, en un artículo en The Nation.
Ese conflicto regional podría haberse iniciado ya, indica. El jueves, el Pentágono anunció haber asesinado a un líder de un grupo aliado con Irán en Bagdad. Cuatro días antes, la Marina hundió tres naves de milicias hutíes en Yemen. En Siria, el gobierno de Joe Biden ordenó matar a varios comandantes iraníes mientras tropas estadunidenses desplegadas en la región enfrentan ataques continuos.