Argentina es campeón del mundo. Y lo es tras ganar un partido que revivirá por toda la eternidad. La final de la Copa del Mundo de Qatar 2022 ya ha sido reconocida de forma automática aquí en Lusail como la mejor de todos los tiempos. Y está en un puesto muy alto en la lista de los partidos de fútbol más extraordinarios de la historia. Un espectáculo que fue mucho más que una disputa deportiva. Fue un duelo por la gloria, y Lionel Messi y sus amigos se la llevarán toda a su casa.
Los 120 minutos finales de este Mundial maravilloso tuvieron todo. Una producción colectiva e individual para el recuerdo del equipo de Lionel Scaloni durante 80 minutos; la resurrección brutal de Francia de la mano de Kylian Mbappé; un tiempo suplementario con goles y emociones y una definción por penales que coronó al mejor seleccionado del certamen. Y además le puso la corona al que también ya es uno de los mejores campeones de todos los tiempos.
Y tuvo mucho más: dos goles de Lionel Messi y tres de Mbappé en una especie de dualidad expuesta de la manera más salvaje posible entre dos concepciones del juego y quizás de la vida; el ascenso a los cielos de forma definitiva del rosarino, quien a partir de este domingo 18 de diciembre ya puede contar con el único logro que le faltaba (y el más importante); la tercera estrella para la Albiceleste, después de 36 años de frustaciones; y el regreso triunfal de Sudamérica al máximo escenario.
Ha sido una final inabarcable de una Copa inabarcable. Tenemos toda la vida para hablar de Qatar 2022, pero en estos minutos calientes solo queda poner en evidencia por qué este encuentro fue lo que fue. Porque a cada uno de los presentes en Lusail, sin excepción, le quedó la sensación en el cuerpo de estar viviendo algo tan espectacular como increíble y maravilloso.