El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que la reforma al Poder Judicial no eliminará de inmediato los problemas y abusos en el sector, pero confía en que se avanzará significativamente. En su conferencia matutina, López Obrador aseguró que la reforma permitirá a los jueces adoptar un “comportamiento distinto” al sentirse menos influyentes y más libres para impartir justicia imparcialmente.
López Obrador subrayó que la esencia de la reforma es que los jueces, magistrados y ministros sean elegidos por el pueblo, lo que les permitirá actuar con mayor independencia y sin compromisos con grupos de poder. Según el presidente, esto marcará una diferencia significativa en la forma en que se imparte justicia.
El dictamen de la reforma, aprobado por las Comisiones del Senado la noche del domingo, será próximamente discutido y votado en el Pleno. Esta iniciativa, que también recibió la aprobación de la Cámara de Diputados el pasado 3 de septiembre, ha generado controversia y protestas, incluyendo un paro de trabajadores del Poder Judicial y marchas estudiantiles en contra de la medida.
Los ministros de la Suprema Corte, aunque divididos, acordaron mantener la suspensión de actividades iniciada el pasado martes, sumándose al paro de los trabajadores del Poder Judicial que ya lleva casi tres semanas.
