Alfredo Gutiérrez, ex liniero ofensivo de Borregos del Tec de Monterrey, mira la imagen del mítico Joe Montana en un póster gigante. Nunca lo vio jugar, pero sabe que era el símbolo que los 49ers de San Francisco necesitaban en los años 80 para no naufragar en el enorme océano de la NFL. En mayo de 2021, el tijuanense aprovechó los beneficios del programa internacional de talentos, en el que hizo pruebas durante dos meses, y la NFL procedió a su asignación al equipo de prácticas de los Niners. No era sencillo abstraerse de los viejos archivos.
Si California era el estado de la fiebre del oro en Estados Unidos, no había mejor sitio para que Gutiérrez siguiera su crecimiento. Toda la vida estuvimos esperando por esto, admite su padre, el señor Alfredo, en un video compartido en redes sociales al final del partido que San Francisco ganó a los Leones de Detroit para conseguir su boleto a Las Vegas.
Venimos de jugar en las calles y ahora estamos a un paso de ganar el Supertazón. Imaginen cómo me siento. El musculoso hombre de 150 kilos de peso y poco más de 2 metros de estatura aprendió de él no sólo los relatos más increíbles de Montana, sino también a transformar en una tarea obsesiva su pasión por el futbol americano.
En el Tec de Monterrey, ex colegas y compañeros recuerdan a Gutiérrez como un jugador de mucho talento y cuya mentalidad lo ha llevado a las grandes alturas. Como lo hizo en 2009 el coahuilense Eduardo Castañeda, el liniero ofensivo, de 28 años, se convirtió en el segundo egresado de universidades mexicanas en alcanzar el partido por el título de la liga. En una redición de la final de 2020 en Miami, los 49ers se medirán en el estadio Allegiant el 11 de febrero contra los Jefes de Kansas City, campeones defensores y favoritos en las apuestas.