Muchos pensarán que el trabajo de un bolero ya no es tan necesitado por las personas, lo cual resulta todo lo contrario puesto que aún existe gente que acude con ellos para lustrar su calzado,
Boleros de La Purísima comentan que las ventas no son buenas ni malas, sino que “regulares”, señalando que depende mucho de las temporadas. En el caso de la temporada de lluvias lo más lógico es que no se trabaje tanto debido a que la gente no sale de sus casas. Asimismo, mencionan que el 90% de los clientes son nombres, dejando a las mujeres en el 10%.
Sin duda, la labor de un bolero forma parte del corazón de las ciudades, al localizarse en ciertos espacios donde caminan todo el día todo tipo de personas desde banqueros, oficinistas, maestros o políticos y ciudadanos en general. El trabajo de un bolero es un servicio que nunca pasará de moda.