El tiroteo en Kansas City reitera la preocupación por el fácil acceso y uso de armas de fuego en Estados Unidos. Las autoridades locales acusaron a dos menores de edad por el ataque del miércoles que provocó la muerte de una persona y dejó 22 heridos durante el desfile de celebración de los Jefes por el título de la NFL.
Ambos sospechosos, cuya identidad no ha sido revelada, se encuentran detenidos en un centro para menores y enfrentan cargos por posesión de un arma y desacato. La fiscal del condado de Jackson, Jean Baker, dijo que pretenden juzgarlos como adultos, pero que, según la ley de Missouri, primero tenían que ser acusados como menores.
La policía detuvo en un inicio a tres jóvenes, pero liberó a uno después de determinar que no estuvo involucrado en el tiroteo. Las autoridades continúan con la búsqueda de personas que pudieron participar en la agresión y pidió apoyo a los testigos, así como a quienes pudieran tener evidencias o videos del ataque.
La tragedia se habría desatado debido a una disputa entre varias personas, por lo cual las autoridades descartaron una relación con terrorismo o extremismo local. El tiroteo ocurrió a pesar de la presencia de más de 800 policías en el edificio y las áreas aledañas.