Morir solos es un miedo que puede atormentar a cualquiera pues, es bien sabido que el ser humano es un animal social que necesita de estar en contacto con más personas para sobrevivir. Desgraciadamente, no son raros los casos de personas que mueren solas en sus hogares y son descubiertos días o incluso semanas después por el olor a podredumbre, en especial los adultos mayores.
Aunque esto es algo muy triste y desafortunado, esta realidad es muy cerca a nuestro entorno, en este sentido un par de abuelitas nos relatan el caso de uno de sus vecinos que murió en este tipo de circunstancias. Este adulto mayor se negaba a dejar su hogar, pues era terco en aferrarse a su patrimonio y todo lo que consiguió con mucho esfuerzo a lo largo de los años. Sin más remedio, sus hijos se cansaron de insistir y lo dejaron permanecer en su casa, pero al parecer estos mismos no lo frecuentaban tan seguido porque no se dieron cuenta cuando éste falleció.
Las vecinas nos aseguran que después de días y días de que nadie había visto al señor, las vecinas de las casas aledañas se percataron de un olor fétido, por lo que preocupadas luego de que al llamar a la puerta nadie les respondía, se comunicaron con uno de los hijos del hombre para que fuera a revisar. El joven se tuvo que brincar ya que la puerta estaba cerrada y al ingresar encontró a su padre en estado de putrefacción, pues hace un par de semanas que éste ya no se encontraba con vida.
Así como a este hombre, le ha pasado a muchísimas personas más no sólo en Aguascalientes, sino en México y en el mundo, por lo que las amables abuelitas que nos relataron esta triste historia piden a la sociedad que no se olvide de sus adultos mayores, ya que para allá vamos todos.
Si bien, hay veces que nuestros abuelitos no se quieren ir de sus casas, eso no significa que tengamos que desatendernos de ellos, pues tampoco nos exigen ir a verlos diariamente, con las herramientas tecnológicas con las que contamos en la actualidad no hay pretextos pues con una simple llamada telefónica podemos estar en contacto diariamente y así saber cuándo se encuentran bien o se encuentran mal, además de que una visita semanal no le hace daño a nadie.