Muerte, destrucción y daños cuantiosos dejó una tormenta transformada en huracán, algo nunca visto en el país, con vientos de entre 100 y 150 kilómetros por hora, con graves secuelas especialmente en Bahía Blanca, en esta capital y la provincia de Buenos Aires, cuando las medidas económicas anunciadas por el gobierno del presidente, Javier Milei, impactaron sobre los sectores más vulnerables, lo que puede transformarse en lo que llaman aquí un genocidio social.
En Bahía Blanca, sur de la provincia de Buenos Aires, hubo 13 muertos por la caída de la estructura del Club Bahiense del Norte, donde se iba a realizar un campeonato de patinaje, dejando también más de 15 heridos, algunos de gravedad, y dos fallecidos más en otros lugares. Un centenar de vuelos fueron suspendidos, ya que la tormenta arrastró aviones en tierra. Varias líneas de trenes también suspendieron las corridas.
La capital está intransitable en decenas de cuadras; se cuentan más de 540 grandes árboles arrancados y postes de luz derribados; hay unos 400 mil usuarios afectados.
Mientras, las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero y Tucumán se encontraban sin electricidad, en zonas donde la temperatura rondó 40 grados.
En este contexto, en el club de futbol Boca Juniors, Milei fue abuecheado al acudir a votar en las elecciones del club, por su apoyo a la fórmula opositora que integraron Andrés Ibarra y el ex presidente conservador Mauricio Macri (2015-2019), contra el máximo ídolo del club, Juan Román Riquelme.
En medio de la lluvia matutina, Milei, quien decidió convertirse en simpatizante del Boca, fue a votar, rodeado de custodios entrando por un lugar especial, cubierta su cabeza con una capucha. Cuando los socios lo descubrieron lo abuchearon, al grito de ajustador, le reclamaron querer meterle la mano a los jubilados y haber metido a toda la casta en el gobierno.