Llega a su fin un año que ha sido muy complicado para el mundo, para México y para muchas familias en lo particular; un 2022 que todavía arrastra las secuelas de una pandemia que azotó al mundo con dolor y pérdida.
Hoy al cierre del año muchos seres queridos no se sentarán a la mesa, no podremos abrazarlos con los mejores deseos para el nuevo año.
Es un año en que, ya casi para concluir también se marcharon el papa Benedicto XVI y en el mundo del fútbol Pelé.
Se acaba un año que la inflación ha reducido el poder adquisitivo, pero además, sin expectativas favorables para 2023, porque el incremento a los impuesto a productos como el cigarro, los refrescos y las gasolinas le pegaran a la economía familiar.
Termina un año en que estalló la guerra entre Rusia y Ucrania y en el ámbito climático, las olas de calor, la sequía y las inundaciones alcanzaron niveles nunca vistos en el mundo.
En México 2022 nos hizo experimentar problemas de inseguridad, pobreza, la inflación, el desempleo, el desabasto de medicamentos en hospitales, que con el año no se van y trascenderán en 2023.
Dentro de todo lo difícil que nos tocó vivir en 2022, el ánimo de la gente de México y Aguascalientes, el espíritu de lucha, abre una luz de esperanza y buenos deseos para el año que inicia.