
El Vaticano ha confirmado que el funeral del papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, se celebrará el próximo sábado 26 de abril de 2025, a las 10:00 horas en la Plaza de San Pedro, frente a la majestuosa basílica. Sin embargo, los fieles tendrán la oportunidad de rendir su último adiós al Papa a partir de este miércoles 23 de abril, cuando su ataúd será trasladado a la basílica de San Pedro, para que los devotos puedan contemplar su cuerpo antes de su sepultura final.
El papa Francisco, quien falleció el lunes a los 88 años por un ictus, se encuentra en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde reposan sus restos en un féretro adornado con una casulla roja, mitra blanca y un rosario entre sus manos, custodiado por dos guardias suizos. El deceso de Bergoglio, que ocurrió casi un mes después de ser dado de alta tras una hospitalización por problemas respiratorios, ha conmocionado al mundo, especialmente al pueblo católico.
Según fuentes italianas, se espera la presencia de medio millón de fieles en el funeral, que será testigo de la participación de destacados jefes de Estado y dignatarios internacionales. Entre los confirmados se encuentran el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien, a pesar de sus diferencias con el papa sobre temas como la inmigración, manifestó su deseo de asistir al evento acompañado de su esposa Melania. También se han confirmado las asistencias de líderes como el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski; y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros.
Una de las grandes particularidades de este funeral es la sencillez del lugar donde descansarán los restos de Francisco. A diferencia de sus predecesores, que descansaron en el Vaticano, el papa argentino escogió la basílica de Santa María la Mayor en Roma para su sepultura. Su tumba será sencilla, con una inscripción única: “Franciscus”, su nombre papal en latín.
El legado del papa Francisco, quien se destacó por su cercanía con los fieles y su lucha contra la pederastia en la Iglesia, su impulso al papel de las mujeres y los laicos, y su esfuerzo por fomentar el diálogo interreligioso, quedará marcado en la historia de la Iglesia. Su deceso, a pesar de que su salud había estado deteriorada, se produjo tras un emotivo encuentro con los fieles en la tradicional bendición urbi et orbi el pasado Domingo de Resurrección, donde agradeció a Dios por haber podido regresar a la plaza vaticana.
Por su parte, los cardenales del Vaticano ya han comenzado las reuniones para establecer los detalles finales del funeral y la fecha del cónclave que elegirá al próximo Papa, que se llevará a cabo en los próximos días.
En medio de este doloroso adiós, incluso China ha expresado sus condolencias, reiterando su disposición a trabajar con el Vaticano para mejorar las relaciones entre ambos.