
Los incendios forestales continúan activos en Carolina del Norte y Carolina del Sur, donde más de 175 focos de incendio han afectado más de 2,000 hectáreas de terreno. El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, declaró el estado de emergencia el domingo debido al rápido avance de las llamas, que ya han llevado a la evacuación de algunos civiles.
Hasta el momento, no se reportan personas heridas ni estructuras dañadas, pero las autoridades han alertado a la población sobre el riesgo de nuevos incendios, pidiendo que no se inicien fuegos o fogatas en áreas boscosas o urbanas. El clima seco y la baja velocidad del viento en la región podrían ayudar a frenar la propagación, aunque los incendios siguen siendo difíciles de controlar.
Uno de los mayores incendios ocurrió en el Bosque Nacional Uwharrie, al este de Charlotte, donde se quemaron 161 hectáreas, aunque se logró contener un tercio del fuego. Otro incendio importante afecta la Cordillera Azul, al sur de Asheville, sin control hasta la noche del 2 de marzo.
El mayor incendio en Carolina del Sur se registra al oeste de Myrtle Beach, donde comenzó el sábado pasado y se expandió rápidamente hasta alcanzar casi 650 hectáreas hacia la madrugada del domingo, aunque fue controlado en un 30% durante la noche.
En respuesta a la emergencia, la Comisión Forestal de Carolina del Sur ha prohibido el sobrevuelo de drones cerca de las zonas afectadas por los incendios, debido al riesgo de accidentes con las aeronaves que están operando a baja altura para atender la emergencia. Las autoridades continúan trabajando para controlar la situación.