Justin Trudeau renunció este lunes no solo como líder del Partido Liberal, sino también al cargo de primer ministro de Canadá, reconociendo que, tras las luchas internas en su partido y la parálisis en el Parlamento, “ya no le hace bien” a su nación. En una conferencia de prensa, Trudeau explicó que, a pesar de los esfuerzos realizados por el bienestar del país, llegó a la conclusión de que “ya no debo ser un candidato a primer ministro para las próximas elecciones”.
“Ha habido una lucha interna dentro del partido. He cumplido con mi país y tomado esta decisión pensando en el bien de la nación, en nuestra democracia. De pronto me pareció claro que mi tiempo ha terminado. Yo soy un combatiente y no me echo atrás ante una batalla, pero siempre me ha movido, antes que nada, mi amor por esta patria, por el pueblo canadiense, y siempre he antepuesto los mejores intereses de esta nación”, declaró Trudeau.
La renuncia de Trudeau llega en un contexto de un desplome en su popularidad, reflejado en los más recientes sondeos de opinión. Además, la situación dentro de su partido se ha visto afectada por una creciente rebelión interna, agudizada por la inesperada dimisión de Chrystia Freeland. La renuncia será efectiva una vez que el Partido Liberal elija un nuevo líder, lo que pondrá fin a su mandato como primer ministro.