El día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos ha estado marcado por varios incidentes en diversos estados. En Georgia, uno de los más decisivos en la contienda electoral, se reportaron amenazas de bomba en al menos dos centros de votación. Las autoridades confirmaron que estas amenazas eran falsas y provenientes de un actor estatal extranjero, específicamente Rusia, con la intención de desestabilizar el proceso electoral. A pesar de este contratiempo, más de medio millón de personas habían votado en persona al mediodía.
En Pensilvania, otro estado crucial, las máquinas lectoras de votos presentaron fallos de software que obligaron a las autoridades a extender el horario de votación en el condado de Cambria por dos horas adicionales. El Departamento de Estado local garantizó que todas las papeletas completadas serían resguardadas y contadas sin problema, aunque también se están investigando varios casos de fraude relacionados con el registro de electores.
Además, en Nueva York, un hombre fue arrestado por amenazar con quemar un colegio electoral tras ser informado de que no podía votar debido a que no estaba registrado. La jornada electoral también ha estado marcada por la circulación de videos falsos sobre la elección, en los que se utiliza el logo del FBI, lo que ha generado preocupación sobre la desinformación en redes sociales.
El FBI ha redoblado esfuerzos para proteger la integridad de la votación y asegurar la seguridad de los electores, mientras investiga estos incidentes que podrían afectar el desarrollo normal de los comicios.