Moscú ha llevado a cabo un ejercicio de disuasión nuclear por parte de sus fuerzas estratégicas, en un contexto de estancamiento en las conversaciones con Washington sobre la prórroga del tratado START, que expira en 2026. Este ejercicio incluyó el lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales y de crucero desde plataformas terrestres, aéreas y marítimas.
El ministro de Defensa ruso, Andrei Belousov, informó que el presidente Vladimir Putin supervisó la operación, que buscaba demostrar la capacidad de responder a un ataque nuclear con una ofensiva masiva. Durante la práctica, un misil Yars fue disparado desde el cosmódromo de Plesetsk y recorrió 6,000 kilómetros hasta impactar en el polígono de Kura en Kamchatka.
Belousov también indicó que submarinos atómicos lanzaron misiles Bulava y Sineva, mientras que bombarderos estratégicos realizaron disparos de misiles de crucero. El ministro destacó que todas las misiones fueron cumplidas con éxito, con los misiles alcanzando sus objetivos.
Putin enfatizó la necesidad de mantener fuerzas estratégicas modernas ante el incremento de tensiones geopolíticas, considerándolas como la mejor garantía de la soberanía y seguridad de Rusia. Subrayó que el uso del armamento nuclear debe ser una medida excepcional, reservada para situaciones extremas.