La situación en Líbano se agrava drásticamente, con al menos 1.2 millones de personas desplazadas a raíz de la reciente ofensiva israelí. La delegada del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el país, Simone Casabianca-Aeschlimann, informó que muchos de estos refugiados provienen del sur y el valle de la Bekaa, buscando seguridad en la capital, Beirut.
Este éxodo masivo ha generado preocupaciones sobre la capacidad de Beirut para albergar a tantos desplazados en un corto período. Casabianca-Aeschlimann destacó que las infraestructuras y los centros de acogida no están preparados para afrontar tal afluencia, lo que podría derivar en una crisis humanitaria aún mayor.
La delegada también mencionó que más del 20 por ciento del personal de salud ha dejado Líbano debido a la crisis socioeconómica, lo que ha debilitado aún más el sistema de salud, ya sobrepasado por la demanda. Además, las órdenes de evacuación emitidas por Israel suelen llegar con poco tiempo de antelación, dificultando que los ciudadanos se resguarden adecuadamente.
A medida que los bombardeos continúan, los informes indican que el conflicto ha resultado en casi dos mil muertes y un aumento alarmante en el número de desplazados. El CICR está colaborando con el Ministerio de Salud libanés para abordar la situación crítica en el sector sanitario, que enfrenta un colapso inminente.