La siderúrgica Huachipato, la más grande de Chile, ha cerrado sus puertas tras 74 años de operación, debilitada por la feroz competencia del acero importado desde China. El cierre se produjo el lunes en la madrugada con el apagado del Alto Horno Dos, finalizando así el proceso de fabricación de acero no reciclado y la colada, que solidificaba y enfriaba el acero. Jean Paul Sauré, gerente general de Huachipato, destacó el carácter emblemático del final y la resistencia de los trabajadores a pesar de las adversidades.
Este cierre afecta a 2.700 trabajadores directos y contratistas, además de impactar a unas 20.000 personas relacionadas indirectamente con la empresa. Huachipato, creada en 1950, enfrentó un mercado global cada vez más dominado por el acero chino, que llega a Chile con un 40% de descuento en comparación con el acero local. A pesar de los esfuerzos por imponer sobretasas a las importaciones chinas y de haber acumulado pérdidas de 700 millones de dólares desde 2019, la compañía no logró superar la crisis.
El gobierno chileno ha presentado el “Plan Grau”, una iniciativa de 32 puntos dirigida a mitigar los efectos del cierre, apoyar a los trabajadores despedidos y revitalizar la economía de la región de Talcahuano. Este plan busca acelerar la inversión y recuperar la producción nacional de acero. Sin embargo, algunos críticos han señalado la falta de medidas financieras concretas y la tendencia a las generalizaciones en el plan.
La caída de Huachipato subraya la creciente dominancia de China en el mercado mundial del acero, cuyo dominio ha crecido del 15% al 54% en las últimas dos décadas. En 2023, las importaciones en América Latina alcanzaron un récord de 10 millones de toneladas, exacerbando la presión sobre las industrias siderúrgicas locales.
