Un nuevo incidente en el Mar de China Meridional ha intensificado las tensiones entre China y Filipinas. En la madrugada del 19 de agosto, barcos guardacostas de ambos países colisionaron cerca del atolón Sabina, una isla disputada en las islas Spratly. El choque causó daños significativos a al menos dos embarcaciones, pero afortunadamente no se reportaron heridos.
La Guardia Costera china acusó a Filipinas de haber embestido deliberadamente uno de sus barcos, alegando que las embarcaciones filipinas ignoraron las advertencias y chocaron contra los barcos chinos. Según el vocero Gan Yu, “el lado filipino es enteramente responsable de la colisión”. En respuesta, Jonathan Malaya, director general asistente del Consejo de Seguridad Nacional de Filipinas, refutó las acusaciones y presentó evidencia visual que, según él, muestra que los barcos chinos fueron los responsables de los daños.
El Grupo de Trabajo Nacional de Filipinas sobre el Mar de Filipinas Occidental confirmó que las embarcaciones filipinas, el BRP Bagacay y el BRP Cape Engaño, sufrieron daños estructurales debido a maniobras agresivas de los barcos chinos. El comodoro Jay Tarriela indicó que estas maniobras resultaron en agujeros significativos y daños importantes a las embarcaciones filipinas.
El atolón Sabina, ubicado cerca del atolón Second Thomas, ha sido un foco recurrente de tensiones entre ambos países. Las recientes confrontaciones subrayan las crecientes disputas en la región, exacerbadas por las ambiciosas reclamaciones territoriales de China. A pesar de un acuerdo reciente destinado a evitar más enfrentamientos, el incidente muestra cómo las disputas en el Mar de China Meridional siguen siendo una fuente de conflicto entre China y sus vecinos en la región Asia-Pacífico.