Moscú. Desde comienzos de este mes, una nueva iniciativa para establecer de inmediato un alto el fuego en la guerra en Ucrania está sobre el escritorio de los presidentes ruso, Vladimir Putin, y ucranio, Volodymir Zelensky.
Pero a juzgar por la falta de reacciones públicas de Moscú y Kiev todo indica que va a correr el mismo destino –terminar empolvada en el archivero de las oportunidades desaprovechadas– de las ocho anteriores propuestas, desde el 24 de febrero de 2022 cuando comenzó la invasión rusa, para sentarse a negociar el fin del derramamiento de sangre entre estos dos pueblos eslavos, ahora enfrentados para siempre.
El plan, cuya autoría se atribuye al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, tras la debacle que sufrió en las recientes elecciones municipales necesitado de anotarse algún éxito en el plano internacional como mediador, propone a Rusia y Ucrania, congelar el conflicto durante 16 años y resolverlo en 2040, cuando en principio, si se respeta la Constitución vigente, el Kremlin tendría que tener un nuevo titular (Putin, en el supuesto de aspirar a una nueva reelección terminaría su sexto y última mandato presidencial en 2036).