Estados Unidos y China pusieron en marcha el martes un grupo de trabajo conjunto de lucha contra los estupefacientes, en la primera señal abierta de cooperación para hacer frente a la propagación del fentanilo desde finales de 2019, antes de que se tensaran las relaciones bilaterales entre las superpotencias.
La conformación del grupo se produjo después de una cumbre celebrada en San Francisco en noviembre, en la que el presidente estadunidense, Joe Biden, y el líder chino, Xi Jinping, acordaron trabajar para frenar la producción y exportación de fentanilo.
El fentanilo es un opioide sintético altamente adictivo, 50 veces más potente que la heroína. Estados Unidos ha afirmado que China es la principal fuente de los precursores químicos sintetizados en fentanilo por los cárteles de la droga de México. China lo niega.
“Tuvimos una comunicación en profundidad y fuimos pragmáticos. Llegamos a un entendimiento común sobre el plan de trabajo”, declaró el ministro de Seguridad Pública chino, Wang Xiaohong, en un discurso conjunto con la delegación estadunidense antes de la inauguración del grupo en Pekín.
Añadió que esperaba que ambas partes pudieran acomodar las preocupaciones de la otra y “mejorar y ampliar la cooperación para proporcionar más energía positiva a unas relaciones estables, sólidas y sostenibles entre China y Estados Unidos”.