Cientos de militares y policías custodiaban ayer la infraestructura estratégica de Ecuador y algunos medios de comunicación en esta capital y la sureña ciudad de Guayaquil, mientras el gobierno del presidente Daniel Noboa intentaba recobrar la normalidad del país, un día después de que declaró un conflicto armado interno contra grupos criminales.
Ecuador atravesó el tercer día consecutivo de una inédita violencia en sus calles con saldo de al menos 14 muertos, casi 140 policías y personal penitenciario retenidos por presos, un sinfín de ataques armados y 329 detenidos.
Noboa, de 36 años, declaró a la emisora Radio Canela que el país está en estado de guerra, y aseguró que ante la crisis de seguridad que se vive se requieren güevos grandes, de avestruz y no de cartón.
Dijo que con firmeza su gobierno está luchando por la paz y contra grupos terroristas que, según él, están integrados por más de 20 mil miembros, y advirtió a jueces y fiscales que también serán procesados si ayudan a las bandas, al considerar que son parte de esta red terrorista.