El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, aseveró ayer que la protección de los civiles debe ser primordial en la guerra de Israel contra la franja de Gaza, al advertir que el encave se está convirtiendo en un cementerio de niños, horas después de que los dirigentes de las agencias del organismo mundial exigieron un alto el fuego humanitario, mientras las autoridades sanitarias del territorio palestino señalaron que ya son más de 10 mil muertos, incluidos más de 4 mil niños.
Las operaciones terrestres de las fuerzas de Israel y los continuos bombardeos están alcanzando a civiles, hospitales, campos de refugiados, mezquitas, iglesias e instalaciones de la ONU, incluidos refugios. Nadie está a salvo, advirtió Guterres a periodistas.
Añadió que Hamas y otros militantes usan a civiles de escudos humanos y siguen lanzando cohetes contra Israel, y puntualizó que 89 personas que trabajaban para la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) fallecieron en Gaza, lo que representa el mayor número de víctimas entre trabajadores humanitarios del organismo, más que en cualquier periodo comparable en la historia de nuestra organización.
Guterres afirmó que se están cometiendo claras violaciones al derecho internacional humanitario y volvió a hacer un llamado en favor de un alto el fuego.