El papa Francisco celebró hoy la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa ante un millón y medio de jóvenes y los animó en un discurso de nuevo improvisado a “levantarse siempre” en la vida y a levantar a los demás.
El papa llegó al parque Tejo, una enorme explanada de 100 hectáreas, en el papamóvil y recorrió todas sus zonas entre el entusiasmo desenfrenado de los jóvenes a pesar de que llevaban horas esperando bajo un sol abrasador.
Jóvenes llegados de 151 países del mundo y que pasarán la noche en esta gran explanada para participar mañana en la misa de clausura de la JMJ y que ya habían colocado sus sacos de dormir, colchones y todo lo que pudieron encontrar para crear un poco de sombra.
Desde la JMJ de Cracovia no se vivía un evento de tal magnitud organizado por la Iglesia católica.