De manera constante, algunos migrantes han acampando en espacios públicos, como la Plaza Giordano Bruno o cerca de las inmediaciones de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó que este tipo de situaciones puede tener un impacto directo en la salud física y emocional de las personas.
Las condiciones de habitar en la calle puede llevar a padecer infecciones respiratorias y enfermedades gastrointestinales e infecciones de la piel, entre otras, sostuvo. Además, afecciones en salud mental como depresión, ansiedad, estrés agudo y postraumático.
La COMAR, indicó que teniendo en cuenta los diferentes riesgos a los que se ve expuesta la población en movilidad en la ciudad, como “extorsiones, robos, agresiones físicas y verbales, abuso sexual, discriminación, el hecho de dormir en la calle incrementa exponencialmente la probabilidad de ser revictimizado”.
Por su parte, José Antonio Silva, coordinador de Proyecto de Migración de MSF en Ciudad de México, lamentó que los albergues estén mostrando niveles de hacinamiento tan altos “que pareciera que lograr tener hospedaje es prácticamente un lujo para la población en movimiento”.
Mientras tanto, algunos de los migrantes que se encuentran en la Plaza Giordano Bruno, comantaron que prefieren seguir en este lugar a ser trasladados a otro espacio.